jueves, 5 de octubre de 2017

Ojo por ojo y el mundo acabará ciego


Existen dos tipos diferentes de ceguera: la que consiste en la pérdida total o parcial del sentido de la vista, y la que impide ver, escuchar o tolerar, otras ideas o credos diferentes al propio.

En la primera opción, nada se le puede reprochar a quien la padece, pues no ha sido causada por su cerrajón mental u obtozudez, sino que se trata de una discapacidad causada por algún tipo de accidente, causa involuntaria, o de malformación congénita.
En cambio, en el segundo caso, suele obedecer a la ignorancia, a la manipulación intelectual y, en el peor de los casos, al fanatismo; ya sea político, religioso o circunstancial.
Vivimos en tiempos convulsos, donde, la “ceguera” de unos pocos, puede dejar ciegos a la gran mayoría.
La sed de venganza, el rencor, la inquina y el odio, manifestado por esos “ciegos” fanáticos de todo lo que no encaje en su modo de “ver” su mundo, no puede conducir a otra cosa que no sea la autodestrucción; tanto por un lado como por el otro, aun más, a la destrucción general.
Cuando se siembra venganza, odio y rencor, es muy dificil evitar que siga creciendo. De poco servirán los consejos de terceros, si los interesados no desean ver, escuchar y estar dispuestos a cambiar su actitud agresiva por otra tolerante.
En los “choques de trenes”, como en las guerras, no gana nadie. Ni siquiera el “ganador”, venciendo, sale invicto; pues en el camino ha dejado parte de su vida y de su alma.
Hoy, no puedo olvidar la gran hazaña realizada por un alma grande del pasado siglo XX. Me refiero a Mahatma Gandhi, abogado, político y pensador indio, que consiguió hacer cambiar la actitud belicosa de una gran potencia mundial, como era Inglaterra, por el razonamiento, el diálogo y la tolerancia, consiguiendo la independencia de su país, la India, gracias a su actitud pacífica, pero constante. De la misma forma en cómo una gota constante de agua puede llegar a perforar la dura roca.
Es por eso que, hoy, creo oportuno recordar algunas de sus más célebres frases. Pensamientos que deberían ocupar un lugar preferencial en nuestra vida cotidiana.
“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.
“No hay camino para la paz, la paz es el camino”.
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.
“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
“En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”.
Después de reflexionar sobre el contenido de las frases anteriormente mencionadas, creo conveniente que cada cual haga lo propio con todas aquellas cosas que le causan rencor, odio o deseos de venganza, y contemple la posibilidad de cambiar la semilla de la sinrazón por la de la tolerancia y el respeto.
Hasta el más fanático puede alcanzar la luz, sólo tiene que desearlo.

© José Luis Giménez

5 octubre 2017
www.jlgimenez.es 

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