Parecería que
nos encontramos en plena pos-guerra civil en España. Y no me refiero únicamente
a los enfrentamientos civiles que, los pésimos políticos que tenemos de
gobernantes, están promoviendo entre la población.
A parte de
dichos enfrentamientos que, de por sí, ya es un asunto muy grave, nos
encontramos con que tampoco se puede decir la verdad. Esa verdad que les
resulta muy incómoda a los poderes fácticos, ya sean de una tendencia política
u otra, de un cariz religioso u otro.
Y aquí me veo,
de nuevo, denunciando una censura un tanto extraña si se quiere, pero censura,
al fin y al cabo.
Y me he tenido
que enterar por mis amigos, mis lectores y mis contactos del Facebook. El
asunto podría parecer producto de un “fallo técnico de Facebook”; esos fallos a
los que nos tienen tan acostumbrados y que sirven de excusa para cualquier tema
que necesiten ocultar o mediatizar. Pero no, resulta demasiado sospechoso,
sobre todo cuando únicamente ese “fallo”, sólo se produce cuando cualquier
usuario desea acceder a mi perfil de Facebook: https://www.facebook.com/yossaff a
través de la aplicación del móvil (celular). De forma inmediata sale un aviso
de que no es posible acceder a mi cuenta o perfil, y dicha aplicación se
desconecta. Para ejemplo ilustrativo de lo comentado incluyo algunas capturas
de mis amigos y lectores que han tenido la amabilidad de compartir en mi muro o
de enviarme a mí directamente.
Sé que soy un
escritor y comunicador polémico; sobre todo porque busco la verdad sobre todas las
cosas y, eso, el público lo sabe. Pero los poderes fácticos también. De ahí que,
cuando digo verdades incómodas, se den prisa en eliminar mis post, mis mensajes
o incluso bloquear el acceso a mi cuenta del Facebook como ha sucedido en esta
ocasión.
No es la primera
vez que me han “censurado”; que me han ocultado un artículo que sólo lo podía
ver yo (para que no me diese cuenta de la estratagema) y así no denunciase el
hecho. Cosa que siempre que he tenido pruebas, lo he hecho (como podrá
comprobar el lector si se molesta en revisar mis anteriores escritos publicados
en mis blogs), consiguiendo todo lo contrario a lo que inicialmente pretendían.
No es la primera vez, ni será la última, lo sé.
Pero voy a seguir denunciándolo, porque no todo el mundo es corrupto, ni
viles mentirosos y manipuladores. Aún queda gente sana, honesta, que sabe
diferenciar a un corrupto de una persona decente.
No puedo señalar
directamente al responsable de esta nueva tropelía, pues ni Facebook responde a
mi queja (cómo se puede comprobar por la captura adjunta), ni hasta ahora ha
salido nadie a reclamar la autoría. Pero repito, resulta más que extraño que
sólo me ocurra a mí, y siempre que escribo alguna verdad incómoda para los
poderes fácticos.
Es por eso que
no me queda otra opción que, además de denunciarlo públicamente, lo publique en
mis blogs y en mi sitio Web: www.jlgimenez.es
, ya que así, por lo menos, se necesita la autorización de un juez para
censurar el contenido de mi Web.
Ya sé que muchos
pensarán… ¡Qué ganas de meterse en líos! Con lo tranquilo que se está en casa,
sentado en el sillón, viendo el fútbol, los toros o caza y pesca… o la última
peli del Imperio contra-ataca, pero no, se suspende. ¡le está bien empleado por
armar follón!
Así que,
mientras aún tengamos esa Constitución que nos garantiza el derecho a expresar
la opinión e informar al público, seguiré denunciando todo lo que sea
denunciable.
A los que piensen
como yo, que hay que denunciar estos abusos, les agradeceré que compartan este
escrito; no por mí, sino por ellos mismos, por todos. Porque si no, sucederá
como en la rebelión en la Granja de George
Orwell, donde al final ya no quedará nadie que nos defienda.
© 16 octubre
2017 José Luis Giménez