¡Este conductor está loco! —Gritaban casi al unísono todos
los viajeros del autobús.
¡Ya se ha saltado 5 semáforos en rojo... y no hace caso a
ninguna señal...! —Gritaban otros pasajeros que iban sentados en la parte
delantera del autobús y veían con total claridad todas las infracciones que
hacía el conductor.
¡Es un inconsciente, peligroso y temerario...! —Respondió
una señora mayor que estaba agarrada con sus dos manos a los soportes del
asiento.
¡Encima se ríe... y dice que todo está bien...! —Exclamó
otro señor con cara de asombro.
¡Se ha saltado un control de la policía! —Gritaba exaltada
una señora embarazada.
¡Yo creo que se ha tomado la pastilla azul en vez de la
roja...! —Aseveraba un fan de “Matrix”.
Entonces se levantó el conductor de su asiento... se giró
hacia los pasajeros, mientras el autobús seguía su marcha imparable, cuesta
abajo y sin frenos... y levantando las manos dijo en voz alta:
¡Ya ha pasado el peligro, ahora ya hemos superado el tramo
peligroso...! ¿Veís? ¡el autobús va solo...! No hay que preocuparse...
Además, ¿a qué me vais a volver a elegir como vuestro
conductor del autobús...?
Después de un angustioso silencio, se escuchó una voz desde
el fondo que decía:
Sí, Mariano, sí, te volveremos a elegir, pero coge el
volante con las manos y mira para la carretera... ¡Que nos matamos!
¡CRASK! ¡BROWM! ¡AY! ¡Nos hemos matao!
*(Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
© 2017 José Luis Giménez
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