Hasta hace relativamente poco tiempo, las redes sociales era
algo novedoso que poca gente conocía, sin embargo, en menos de una década se ha
convertido en el medio de comunicación de la gran mayoría de la población
mundial, pues no en vano y según las últimas cifras que se conocen, sus usuarios
ascienden a más de 1.500 millones en el año 2014, lo que supone casi un 25% de
la población total del planeta, y sigue en aumento, pues ahora también ha
adquirido a la mayor empresa de telecomunicaciones como es WhatsApp, o también
otra de las redes sociales con mayor cantidad de usuarios como es Instagram.
La cifra de negocio del grupo de Facebook es casi imposible
de poderla leer sin equivocarse, por los miles de millones que hay que
pronunciar antes de llegar a las cifras finales. Es tal el nivel de negocio de este
gran grupo, que podrían comprar cualquier cosa que se les antojasen del mundo.
Pero no sólo es la entidad con mayor capacidad de negocio cibernético
en todo el mundo, sino que se ha convertido en la mayor base de datos de todo
el planeta; donde todos y cada uno de sus usuarios está meticulosamente afiliado,
con todos sus datos personales, sus mensajes privados, sus conversaciones más
íntimas, y todos los secretos que se puedan imaginar, registrados y archivados
por este ente gigante del control. Y es precisamente por esta ingente cantidad
de datos de todos sus usuarios, que la corporación de Facebook mantiene en sus
archivos, que también se ha convertido en el principal proveedor de los
servicios de inteligencia de todos los países; utilizándose dichas bases de
datos para controlar al personal en todos los aspectos imaginables, así como
incluso servir a modo de arma de ataque, venganza, y hasta expiatorio.
Cuando en febrero de 2004 Mark Zuckberg lanzó su modesta red
social desde su habitación de la Universidad de Hardward, no podía imaginarse
lo que pocos años después iba a suponer dicha idea en el cambio global del
planeta. Nació una manera sencilla y a la vez divertida de intercambiar las
vivencias cotidianas con un grupo de amigos. Una idea que se fue ampliando
hasta alcanzar cotas inimaginables, donde ya no se trataba sólo de amigos que
compartían experiencias, sino que ahora podían intercambiar información de todo
tipo entre personas que no se conocían de nada, situadas cada una en las antípodas
de la otra.
Ahora hasta los políticos más relevantes de todos los países
del mundo utilizan las redes sociales para comunicar sus ideas, sus proyectos o
sus ataques a otros políticos. Las redes sociales, y Facebook por antonomasia,
se ha convertido en un arma muy peligrosa dependiendo de quien la sepa utilizar
y con qué fin.
Y aquí es donde encaja en título del presente escrito pues,
a medida que el gigante de la Red avanza y evoluciona, se observa una serie de
actitudes por parte de ciertos usuarios, que encuentran en Facebook una manera
de hacer daño a otros “colegas” de profesión, o simplemente por envidia y
cobardía hacía otras personas que han destacado en aquello que ellos son
incapaces de destacar.
Así por ejemplo, tenemos que, al publicar una noticia, una
fotografía o un comunicado, sin más trascendencia ni interés, más que el de
informar a los contactos del usuario en cuestión, nos encontramos con ese grupo
o individuo en las sombras, que se dedica a denunciar a Facebook dicha
publicación, por otro lado totalmente correcta, sin que contenga palabras o
ideas ofensivas, como una publicación del tipo “Spam” o de contenido ofensivo;
cuando en realidad no lo es; pero de esa manera se consigue que Facebook, de
forma automática y sin comprobar dicha denuncia falsa, elimine o bloquee dicha
publicación del usuario “atacado cibernéticamente”; dando prioridad y categoría
de autoridad a la denuncia falsa, realizada por usuarios que, además, utilizan
perfiles falsos. Convirtiéndose el usuario atacado en una víctima a la que se
le castiga y culpabiliza, por algo que no ha hecho. Mientras que el atacante y “delincuente
cibernético”, pues no hay que olvidar que está cometiendo una calumnia al
imponer una denuncia falsa, sale airoso y hasta se permite presumir de su
acción ante su círculo de “delincuentes cibernéticos”.
Así que ahora nos hacemos la pregunta del título del
presente escrito: ¿Se trata de un grave fallo de Facebook... o simplemente es una
excusa que le viene muy bien a dicha red para justificar la eliminación o el
bloqueo de ciertos comunicados e informaciones que pueden resultar molestos
para ciertas entidades?
Y es que la cuestión no es algo baladí, pues según las
normas de Facebook, el usuario denunciado con falsedad, es castigado, además de
que en su “archivo” quedan registradas las publicaciones denunciadas como “Spam”,
lo que lo convierte en un usuario no deseado, incluso molesto o peligroso,
cuando no es cierto.
Y cuando el usuario denunciado falsamente quiere protestar y
reclamar una verificación del porqué de la sanción y eliminación de su
publicación, no tiene a dónde acudir, pues al contrario de la gran cantidad de
facilidades que Facebook pone al alcance de los usuarios que desean contratar
sus servicios, en el caso de desear contactar con alguien de Facebook que le
pueda dar una explicación, resulta del todo imposible. Simplemente no existe
dicha opción. Es decir, el “atacante” y
denunciante falso, puede actuar en la más total impunidad, perjudicar social y
moralmente a otro usuario que actúa correctamente, y no le pasa nada. Ni
siquiera se le puede denunciar a él como atacante y denunciante falso, puesto
que Facebook no facilita el dato de quien ha denunciado, simplemente emite un
aviso al usuario denunciado de que se le ha eliminado su publicación por haber
sido denunciada por contenido ofensivo o tratarse de Spam, todo ello sin ser
cierto, ni demostrar nada de lo que se acusa.
Así que, si no se trata de un GRAVE FALLO DE FACEBOOK,
puesto que resulta inexplicable que Facebook no haya contemplado la ya
mencionada posibilidad de la denuncia falsa, realizada con el único interés de
perjudicar a un usuario al que se le tiene envidia o se desea perjudicar,
deberá contemplarse como una forma poco ortodoxa pero efectiva y sin
complicaciones de eliminar publicaciones molestas o no deseadas, aun cuando no
incumplan ningún tipo de norma.
Y es por esto que desde aquí, solicito a Facebook que repare
ese grave fallo, si es que se trata de un “olvido” o error, pues eliminar las publicaciones
de los usuarios sin comprobar la veracidad de la denuncia, solamente porque los ha denunciado alguien que les tiene envidia
o desea hacerles daño, no habla nada bien de la manera de hacer de Facebook.
Resolver ese “fallo” no supone ningún sobre esfuerzo, ni una
gran inversión, todo al contrario, se trata de ofrecerle al usuario la
seguridad de que mientras siga las normas de Facebook, nadie le va a eliminar o
bloquear sus publicaciones gracias a una denuncia falsa que nadie se molesta en
verificar y menos aún en facilitar la identidad del denunciante.
Señor Mark Zuckberg, ya sé que Ud. no va a leer esta nota,
pero estaría muy bien que la leyera alguien que tuviese la capacidad de
solucionar este tema que aunque sea minúsculo en importancia para ustedes, lo
es y mucho para los usuarios que como yo, nos vemos acosados, atacados y
denunciados falsamente por individuos sin escrúpulos y de muy difícil
calificación moral, cuya única intención es causar daño.
Como prueba de todo lo anteriormente comentado, adjunto el
enlace del último de mis comunicados eliminados de mi muro de Facebook, al ser
denunciado con una denuncia falsa como “contenido ofensivo”, cuando se trataba
de comunicar el fallecimiento de mi mascota.
Enlace al escrito: http://consejosfrasesyreflexiones.blogspot.com.es/2017/02/facebook-elimina-este-comunicado-de.html
José Luis Giménez